Van pasando los días en esta situación extraordinaria. Pandemia. COVID 19, un virus que acecha y nos hace permanecer en aislamiento. Nos desinfectamos constantemente por fuera. Limpiamos también nuestras hogares, cada rincón. Desde EN CLAVE 3, la invitación es a aprovechar este momento de "repliegue", para hacer limpieza a todos los niveles.
La Tierra nos para. Ya habían saltado todas las alarmas (que no quisimos escuchar), indicándonos la insostenibilidad de nuestro funcionamiento actual. Llevamos demasiado tiempo viviendo por encima de nuestras posibilidades físicas, materiales, emocionales y medioambientales. Este vivir desde la falta de respeto a nuestras necesidades más profundas, a las de nuestro entorno y este disparo fatal de nuestra peor versión, nos lleva inevitablemente al colapso. Todo está unido y es parte de lo mismo. Es absurdo pensar que nuestro vivir en la exacerbada gula, vanidosamente, en la falsa abundancia, en la evitación de la verdadera escucha, interna y externa, o la avaricia dominante, por poner algunos ejemplos, no es causa directa de nuestro malestar (desigualdades, enfermedades somáticas...) y del de la Tierra. Este funcionamiento no trae más que la saturación del sistema. Colapsa nuestro propio organismo y colapsan otros más grandes, como es el caso de la Tierra. Así está sucediendo.
No debería ser motivo de extrañeza, pensar que esta Pandemia es una de las formas que tiene la Tierra de sacudirse "las pulgas". Nos sacude a nosotrxs. Que no somos parásitos. Más bien un cáncer y de los peores. Nos cargamos el medio que nos da sustento.
Tenemos una oportunidad preciosa para revisarnos, "limpiarnos" por fuera y por dentro. En lo profundo. Tomar nuestra mejor versión, que por cierto es hermosa. Y desde ahí transformar nuestro "estar en el mundo".
Este es un momento único para revisar nuestra forma de funcionar, con nosotrxs y con nuestro entorno. Y esto empieza por el autocuidado, que muchas veces se malentiende. Parece que autocuidarse, consiste en poner toda la energía en atenderse solo a unx mismx, dejando de "mirar" afuera, a lxs demás, al entorno. Pero no tiene nada que ver con esto. Al contrario. En la medida en que legitimamos verdaderamente la escucha interna, nos tenemos en cuenta, nos cuidamos y acompañamos, es cuando por fin, podemos ofrecer esto afuera.
El trabajo es arduo y profundo. Pero no tenemos mucho más tiempo. La Tierra está extenuada, nosotrxs también. Este parón da oxígeno, a ella y a muchxs de nosotrxs, si podemos tomarlo.
Dice Jodorowsky: "Lo que das te lo das". Y al revés: lo que te das, lo das. El estado de la naturaleza, no es más que un reflejo de nuestro propio estado. Por eso, limpiémonos también por dentro.
Aquí se comparte con el mismo cariño de siempre, una pequeña práctica de renovación y limpieza.
Un abrazo y los mejores deseos.
*Ilustración Amaya San Martín Baeza. lapatabrava.com