top of page

DEJA QUE TE CREZCA UNA MADRE ADENTRO


Todas, inevitablemente, arrastramos heridas, carencias o daños. 

Todas, guardamos vivencias que nos han dejado cicatrices.

Todas, hemos necesitado cosas que no hemos tenido.


Esto, nos ha dejado agujereadas de falta adentro.

Y ahora, a veces, cuando las dificultades se juntan,

estas heridas o agujeros, claman voraces.

Es natural.


Y no, no podemos volver atrás.

No podemos retroceder en el tiempo y evitar el daño;

tampoco podemos volver para cubrir las carencias

o ponernos a salvo.


Lo que sí podemos hacer, aquí y ahora,

desde la mujer adulta que somos,

es mirar de frente a esa niña

o a esa joven. 


Podemos reconocer su daño, 

validar su necesidad,

confiar en su potencialidad

y acompañar su proceso.


Deja que te crezca una madre adentro,

que te bese los ojos y te acaricie el pelo;

que te insufle confianza ante el miedo

y te de foco cuando aparezca la duda.


Deja que te crezca una madre adentro,

qué ría, divertida, con tus torpezas 

y te anime, tierna,

a aprender en tus fracasos.


Deja que te crezca una madre adentro, 

que te señale, con amor, cuando no actuaste desde el corazón 

y te muestre el camino de vuelta, 

sin látigos, ni vergüenza, solo responsabilidad. 


Deja que te crezca una madre adentro, 

que te diga lo bonita y divertida que eres, 

sin peros, 

justo a tu manera.


Deja que te crezca una madre adentro

 y empieza, 

ya,

a MATERN-ARTE.

 
 
 

Comments


Formulario de suscripción

¡Gracias por tu mensaje!

©2019 por EN CLAVE 3. Formación, autocuidado y trabajo en red.

bottom of page